El cuarto encuentro de Santa Conciencia realizado el pasado 9
y 10 de noviembre en el ECUNHI (Ex ESMA) tuvo como protagonistas a las 1000
personas entre los cuales podíamos encontrar niños, jóvenes, adultos y abuelos.
Había más de 50 actividades para elegir entre charlas, talleres, música en
vivo, todo embebido en la temática latinoamericana.
El encuentro se desarrolló en el espacio para la Memoria y
los derechos humanos, cuestión fundamental para el análisis post-encuentro, ya
que es un lugar que tuvo un rol fundamental en la última dictadura
cívico-militar de la historia Argentina. Esta dictadura junto a tantas otras
que se estaban desarrollando en Latinoamérica, estaban comandadas por el plan
Cóndor. Éste estaba preocupado y ocupado de desarrollar dictaduras militares en
distintos países de Latinoamérica. Por este motivo, es que el lugar jugó una
participación protagónica en la simbiosis con las actividades programadas por
el encuentro. El público en general estaba muy emocionado. Había dos motivos
que los sensibilizaba intensamente. Por un lado, la frialdad del lugar, con
toda la carga de información histórica que muchos tienen, y por el otro, lo
agradable que se sentían con todo lo que se ofrecía desde la propuesta del
encuentro para reflexionar y celebrar la identidad latinoamericana. Para todos
los colectivos y organizaciones que formamos parte de esta propuesta era todo
un desafío la programación, la logística, la difusión y todas aquellas tareas
que requiere una actividad de tal magnitud. Para lograr los objetivos, nos
organizamos de forma tal que podamos hacerle frente a la idea de lo grande, de
lo latinoamericano. Y lo conseguimos. Seguimos creciendo en la diversidad. ¿Y
qué es la diversidad? Es entender que hay otro distinto a mí, a mí como sujeto
cultural. La identidad Latinoamericana está caracterizada por la diversidad.
Debemos verlo como algo riquísimo, que nos potencia. Esto es lo que busca el
encuentro de Santa Conciencia y creo que se ha logrado, reflexionar y celebrar
nuestras culturas de forma colectiva en la diversidad. El encuentro es un
instrumento, una herramienta, una excusa, para todo este intercambio cultural.
Tuvimos el agrado de recibir a un ballet de Colombia y a compañeros del
Uruguay. Ambos vinieron especialmente para el Encuentro y esto nos llenó el
pecho de emoción. Desde mi punto de vista, ya que al momento de escribir esta
nota la evaluación colectiva no se ha llevado a cabo, el encuentro fue un
éxito. Y digo esto, porque el encuentro es una pequeña porción de la propuesta
integral de Santa Conciencia, que en sus objetivos a largo plazo busca la
construcción de estos encuentros de forma simultánea en distintos países del
continente para mostrarnos a nosotros mismos que latinoamericana vive, late,
ríe y llora, sangra y se cura, tiempla y se aquieta, se expande y se contrae.
Porque Latinoamérica es diversidad, lo que la vuelve sublime e infinitamente
intensa. La propuesta de trabajo para la integración latinoamericana a la que
hemos llamado Santa Conciencia nos demuestra que tenemos que seguir trabajando
para el intercambio cultural, que debemos reflexionar de forma colectiva sobre
nuestras identidades. El encuentro es una buena herramienta para este trabajo,
seguiremos trabajando en este sentido, porque hay muchos elementos que nos
unen, pero hay uno fundamental, la fuerza indiscutible que tienen los pueblos
de nuestro querido continente para sobrevivir al exterminio y colonialismo
occidental e imperialista a lo largo de la historia. Santa Conciencia no cree
en mentes brillantes, sino, en la brillante interacción de las mentes.
Trabajemos para poner nuestra creatividad y convicción militante para seguir
construyendo la identidad latinoamericana en la diversidad y de forma
colectiva. Este es el sentido del Encuentro de Santa Conciencia.
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