Con un espíritu crítico y evaluativo sobre el año que esta por
finalizar, he decidido escribir en esta edición de la “3era comunicación” una
carta a mis compañeros y compañeras de la carrera para plantear problemáticas de la profesión y de nosotros como estudiantes de Gestión del arte y la cultura. En otras palabras, hoy quiero hablar sobre lo
colectivo; Sobre lo que nos une, sobre lo conflictivo y sobre lo profesional.
Siempre es bueno hacer
evaluaciones y ser crítico, mas aún, cuando se nos viene encima el fin de año.
Y quisiera comenzar esta carta hablando de la distinción de la cual nos valemos
a la hora de escribir monografías y parciales domiciliarios: surgen preguntas
como; ¿qué es un gestor cultural? ¿qué nos distingue como profesionales del
campo de la cultura? ¿qué sabemos nosotros como gestores que un antropólogo, un
sociólogo o cualquier profesional de las ciencias sociales no sabe? ¿qué
objetivos tenemos como profesionales y que aportes hacemos al campo de la
cultura? ¿qué labor diferencia a un gestor de otros profesionales de la
cultura? ¿qué hacemos nosotros para contribuir a estas y otras tareas y
desafíos? Más aún; ¿qué esfuerzos hacemos por generar un conocimiento que nos
distinga del resto?
Yo no tengo la respuesta a estas
preguntas pero si les aseguro que son cuestiones que rondan por mi cabeza
constantemente, y que más de alguna vez surgen en alguna charla de pasillo con
algún otro interesado en el tema. La única respuesta clara que tengo ante estas
problemáticas es que hay mucha ambigüedad en nuestra profesión, y que peor aún,
no hay una salida clara o concreta a las mismas. Les aseguro que si hacemos un
catastro y le preguntamos a cada uno de los cursantes de la carrera: ¿qué es un
gestor cultural? Por hacer la pregunta fácil y sencilla, habrá tanta diferencia
y distinción en la respuesta como compañeros que respondan la pregunta.
Un medico se dedica a estudiar
anatomía, química, biología, histología, entre otros muchos “saberes” mas, con
el fin de diagnosticar y posteriormente darle solución a una síntoma/enfermedad
determinada del cuerpo humano. Lo mismo hace un abogado; estudia el derecho
constitucional, comercial, administrativo, los derechos humanos, los derechos
civiles, con el fin comprender los marcos legales y así poder defender causas
individuales y/o colectivas. En la
sociología pasa igual; se estudian los fenómenos sociales a partir de un método
de investigación científica con el fin
de diagnosticar cuantitativa y cualitativamente, y de forma empírica, un
determinado hecho social. Y así,
podríamos estar sucesivamente describiendo los saberes y los objetivos de
muchas otras profesiones que ya tienen las cosas medianamente claras. Sin
embargo, la pregunta del millón es: ¿Y nosotros qué? ¿Qué sabemos que los demás
no saben? ¿Qué objetivos tenemos como profesionales? ¿Qué somos?
Nuestra profesión es muy nueva y
es comprensible que todavía estemos en un proceso de definición de nuestros
saberes y de nuestros objetivos, pero ¿Hasta cuando? Hay que reconocer que
hemos estado viviendo en una pasividad terrible; en un estado de conformismo y
de acomodamiento digno de los grande políticos asegurados en los puestos de
privilegio; hay que decirlo, no estamos a la altura de las circunstancias; nos
hemos dormido en los laureles. Eso es lo que pienso.
No somos conscientes de que
nadie, pero absolutamente nadie, ni “Goku”, nos va a sacar de estos problemas.
Y peor aún, no sabemos que esto constituye una crisis grave para nuestro futuro
laboral. Yo les quiero preguntar queridos compañeros y compañeras, con euforia;
¿Quién carajo va a querer contratar a un profesional que no sabe quién es, que no tiene objetivos claros y que no se
diferencia de otros profesionales porque no genera conocimiento propio o por lo
menos que no llega a consensos sobre los mismos? Yo creo que NADIE. Si tenemos
problemas de salida laboral compañeros y compañeras, es en gran parte, culpa de
nosotros.
La verdad es que yo no quiero, y
me imagino que muchos de ustedes, trabajar toda la vida dando visitas guiadas o
en algún otro puesto destinado a prácticas laborales. Creo que nuestra
profesión tiene un potencial gigantesco y tenemos la responsabilidad de
ocuparnos de las problemáticas que otros profesionales no han podido
solucionar. Estoy pensando en las ciencias sociales quienes han hecho un
trabajo maravilloso y arduo de diagnosticar y de retratar la realidad, pero han
hecho muy poco por cambiarla. Esa tarea más política está vacante (porque las clases políticas de la región no
han podido, les quedo grande el poncho). Tenemos el desafío de utilizar las
herramientas que las ciencias sociales nos dan y trabajarlas para cambiar la
realidad. Es como si las ciencias sociales fueran un brazo que termina antes de
comenzar la mano; esta mano la tenemos que dibujar nosotros compañeros.
Esa puede ser un diferencia que
nos otorga valor. Las ciencias sociales investigan y estudian el campo y nosotros
lo trabajamos. ¿Por qué seguir investigando si ya hay otros que lo hacen y
estudian en profundidad para poder hacerlo? Creo que debemos saber investigar
porque es una herramienta necesaria, pero no debe ser un objetivo, ni la
actividad que nos deba distinguir. Somos
trabajadores de la cultura y en la cultura. Es una actividad práctica, técnica
y política, y debemos generar saberes y conocimientos para potenciar estas
características. Pero no; seguimos evitando la tesis (por ejemplo) y esperamos
que nos den un tema para desarrollarla.
A propósito de “políticas” creo
que nuestro trabajo es en torno a las políticas culturales y cuando me refería
a lo de conocimientos técnicos, me refiero a que debemos discutir sobre que
técnicas son las nos permiten trabajar en torno a la realización de políticas
culturales. Porque eso hacemos, políticas culturales. No creo que debamos hacer
un festival, ni un encuentro, ni una muestra, ni cualquier actividad de
desarrollo local o internacional, sino esta enmarcada en una política cultural.
Los encuentros, festivales o cualquier actividad no son un fin en si mismos,
sino que son las técnicas por las cuales podemos hacer efectiva una política
cultural determinada. A eso es lo que me refiero con técnicas. El sociólogo
utiliza una técnica de investigación porque se dedica a investigar la realidad.
Nosotros utilizamos técnicas para poder desarrollar políticas culturales. Repito, las técnicas serían los encuentros,
los talleres, los festivales, las muestras, exposiciones, ferias, así como también,
los presupuestos, los diseños de proyectos, las técnicas de evaluación, las
técnicas de organización, las técnicas artísticas, de motivación, de estrategia, y un largo etc. Ese, creo, debe ser nuestro
conocimiento y por ahí tenemos que desarrollar nuestro saber.
Creo que nuestro desafío como
estudiantes de gestión del arte y la cultura es poder consagrar un conocimiento
y un saber que nos distinga del resto de los profesionales de la cultura, pero
antes de todo eso, tenemos el desafío de organizarnos y de trabajar en
comunidad
Dos alumnos de la carrera de Diseño de la
Universidad de Mar del Plata hace casi quince años tenían inquietudes sobre su
carrera y decidieron armar una jornada para discutir, entre los mismos
estudiantes y los profesores, más algún invitado, sobre cuestiones básicas del
Diseño. Hoy esa jornada se llama Trimarchi, uno de los congresos de diseño mas
importantes del mundo. ¿Y nosotros que? Con suerte nos reunimos a discutir
problemas de la carrera una vez cada dos semanas en una asamblea de cuatro
gatos locos. Ojo, celebro esas instancias y las festejo, pero no es suficiente.
Parece más la última piña de un boxeador a punto del K.O que una asamblea
estudiantil. ¡Compañeros necesitamos más!
Necesitamos reunirnos y
organizarnos entre nosotros para no decaer, para crear y para mirar el futuro
estudiantil y profesional de forma colectiva. Somos una de las pocas carreras
de licenciatura de gestión cultural de Latinoamérica y nadie nos conoce.
Estamos viviendo en un contexto de privilegio porque estamos transitando el momento
en donde se están forjando las bases de una profesión, que tiene un potencial tremendo y además
tiene la responsabilidad y como desafío,
o uno de ellos, de producir cambios en la realidad social y cultural.
Es necesario que el 2014 sea un
año de trabajo en conjunto y en comunidad. Es necesario que dejemos de lado los
problemas infantiles de si estamos con el “Centro de alumnos”” o con “Santa
Conciencia”, o bien, si el área de Desarrollo de fondos del proyecto de
Lenguajes IV hizo bien la tarea. A esta altura del partido esas cosas no
deberían generar problema. En buen argentino, esas cuestiones son “pelotudeces”
al lado de las tremendas tareas que tenemos. Además, tenemos compañeros y
compañeras que trabajan en condiciones laborales “problemáticas” por llamarlo
de una forma amable. ¿Porque no trabajamos así no nos importa? Hoy son algunos,
mañana podemos ser todos. Si no nos cuidamos nosotros, nadie lo hará.
Hay que fortalecer la actividad
de la asamblea con mesas de trabajo entre alumnos y profesores; hay que crear
instancias anuales de reunión entre nosotros, otros estudiantes del campo,
profesionales destacados y profesores de aquí y de toda Latinoamérica; tenemos
que distinguirnos como profesionales y porque no, como profesionales de la
UNTref: ¡Hay que crear valor queridxs!. Hay que generar las condiciones para
que ir a la facultad no sea un suplicio y para que la mochila no se haga cada
vez mas pesada. Y no me digan que eso no sucede.
Este último tiempo he hablado con
muchos de ustedes y hay muy buenas ideas dando vueltas. Hay muchas capacidades
rondando el ambiente y personas “a toda raja” (pregúntele al oráculo que
significa) que pueden colaborar a que la tarea de apoyarnos entre nosotros se
pueda lograr. Hay que potenciarnos a nosotros mismos y generar condiciones para
que nos podamos desarrollar. ¡Ah, por cierto, ya se me olvidaba! Un de nuestros
objetivos como profesión debe o puede ser “el desarrollo” (a esto lo dice el
libro “gestión cultural para el desarrollo”). Algo así como: los gestores
creamos y aprendemos técnicas para generar políticas culturales con el fin de
producir desarrollo comunitario, local, regional o internacional. ¿Que tul? Hay
que ampliar el campo de trabajo compañeros
Ojala les haya movido alguna
parte del arbusto, porque mi intención es generar debate. Si es necesario
putearnos, será así, pero es mejor así a no mirarse las caras y no reflexionar
sobre nosotros mismos.
Espero que este año que viene
podamos solucionar las cuestiones básicas como para que en la reunión familiar
del domingo, podamos responder a la pregunta del tío: ¿Qué es un gestor? ¿Qué
hace? ¿De qué trabaja? Si no podemos responder con facilidad, es porque no nos
hemos puesto de acuerdo y porque hemos sido unos flojos. Eso es lo que pienso.
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