El sábado de septiembre en que santa rosa
desplego sus lluvias por la ciudad, recibí un llamado de la editorial de esta
revista que me convocaba a hacer un informe de medio ambiente y que lo presente
para su publicación en estas páginas. La noticia me agarró por sorpresa, pero
acepte, de echo me gustó la idea, solo que me plantee como o por dónde empezar
a escribir sobre algo tan basto.
Comenzar un informe de medio ambiente, en
forma de un artículo para una revista, es una tarea interesantísima para ver,
justamente, cómo empezarlo, pienso: sabiendo que es un tema muy complejo (con
muchas ramificaciones, detalles, faltas y contravenciones), que todas estas
características en su conjunto son temas que deberían de informarse y de analizarse mucho. También hay
que incluir que es un tema, la problemática social con respecto al cuidado del
medio ambiente, que en un sentido muy real es “determinante”, no solo para una
sociedad, sino para todo el conjunto humano, la especie humana misma, por sobre
todo el planeta.
Determinante en sentido de una
transformación, digamos, negativa para con el mundo en que habitamos. Esa, por
ahí, sea una manera de comenzar un informe de medio ambiente para una revista,
con todo: ¡O cuidamos el medio ambiente, entre todos y de la manera que sea, o
no nos quedará mundo en el futuro cercano!
Y, empezar un informe así es fuerte,
convoca al interés (espero), ya que no hay más nada (Nada) para nosotros, y
nuestros hijos, que este hermoso mundo que no cuidamos.
Pero hay otras maneras de comenzar a
redactar un informe sobre este tema, habría que también convocar a la
participación del lector sobre: ¿cuál es la primera motivación por la cual
redactar un informe sobre este problema que nos acontece?, aunque, generalmente
se deje de lado esta preocupación tan importante.
Como mencione anteriormente, es un tema muy
complejo, de muchas ramificaciones, que culmina en eso que todos, como
sociedad, llevamos dentro: que es ese sentimiento de que en el fondo nuestra
manera de producir, utilizar y desechar bienes de consumo (nuestra forma de
vida) destruye nuestro medio y tarde o temprano las ideas apocalípticas de que
el mundo va a reaccionar de alguna manera negativa para con nosotros se harán
realidad.
Pero ese mensaje parece una amenaza. -O
cuidamos el medio ambiente o nos morimos todos- “apocalipsis”- preferiría una
manera más amable de comenzar un informe. Por ejemplo introducir el tema desde
el otro lado, en vez de la amenaza empezar por el bienestar de decir: ¿no es
mejor tener un mundo más limpio?, en vez del condicionamiento de decir:- o
hacemos algo o no nos va a quedar nada-, decir: ¿no queremos un lugar mejor para habitar, que nos haga sentir
bien, que nos saque ese sentimiento que llevamos en el fondo nuestro de que hay
algo que hacemos que no está bien?
Todas estas sugerencias del comienzo de un
artículo se me vienen rápido y su importancia es la que me las predispone en primer
lugar. La importancia de las dos caras de la moneda: la amenaza determinante de
la destrucción del medio ambiente por sobre nosotros, y la poca importancia, o
poca responsabilidad político social se da a este asunto que empieza por como
cualquier vecino tira su basura y termina en las grandes explotaciones de los
recursos naturales por el hombre y sus
empresas, y que en el fondo todos sabemos que está mal pero seguimos
acostumbrados a que así sea, sin entender todavía lo grandioso que es nuestro
hogar.
Pero a mí me gustaría comenzarlo con el
sentido que se le da a la educación sobre el trato y cuidado del medio en que
vivimos. Además me parece un tema alucinante para convocar al debate, ya
que esta revista se brindará en una universidad, y aunque su contexto de
producción no sea
académico, el tema de la educación sobre el trato y cuidado del medio ambiente
si es un tema que debería ser involucrado en una agenda de educación académica
imperiosamente.
Por eso en los siguientes números de esta
revista abordaremos problemáticas sociales reales con respecto a este tema.
Para empezar mi tarea será la de hacer un informe, que saldrá en el siguiente
número, sobre algo básico pero
indispensable: como se redistribuyen los fondos del estado para con la
educación del trato y cuidado del medio ambiente. Todo un desafío el que me
propongo investigar. Pero también convoco al lector, por los mails de la
revista, a que dé su opinión, su conocimiento y su aporte sobre este gran
problema que nos incluye a todos.
Muchas gracias, Pablo Dubal.
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