viernes, 31 de enero de 2014

Marta Taboada, desaparecida en Ciudadela


Marta Angélica Taboada de Dillon (Salta, 5 de agosto de 1942 - Ciudadela, 3 de febrero de 1977) fue una maestra y abogada argentina, militante del FR-17 (Frente Revolucionario «17 de Octubre»).

Nació en la norteña ciudad de Salta, pero estudió en Buenos Aires. Egresó de un exclusivo instituto católico, el Colegio Francés, en calle Tres de Febrero y Pampa, en el barrio de Núñez, en el norte de Buenos Aires.
De tendencias demócrata-cristianas, se casó con un tal Dillon, presidente de la Rama Juvenil de la Acción Católica Argentina.2 Tuvo cuatro hijos, Marta, Andrés, Juan y Santiago Dillon.
Gradualmente fue radicalizándose. Su esposo la abandonó con sus hijos.2 En 1975, Taboada ―que estaba separada de su esposo― vivía con sus hijos en una casa que compartían con sus dos compañeros de militancia en el MR 17 (Movimiento Revolucionario Diecisiete de Octubre): su pareja Juan Carlos Negro Arroyo y Gladys del Valle Porcel de Puggioni ―cuyo esposo, Hugo Aníbal Puggioni, había sido asesinado por la Triple A en Buenos Aires en septiembre de 1974―, sobre la actual calle Joly, entre Centenario y De la Vega, en la zona sur de Moreno, a pocas cuadras de la estación ferroviaria, en el Gran Buenos Aires.7
Su hija mayor, Marta Dillon (1966-, actualmente periodista y militante) a los 9 años de edad ―según describe Laura Ramos en La niña guerrera (2010), un libro de relatos de no ficción―, Marta Dillon ya conocía técnicas para escabullirse de los grupos de tareas (que era el nombre que en esa época se le daba en Argentina a las patotas que secuestraban, torturaban y asesinaban a sindicalistas, maestros, luchadores sociales, etc.), tenía charlas políticas con las amigas revolucionarias de su madre, y hacía con Taboada viajes furtivos hasta Puerto Iguazú para sacar por la frontera a algún compañero. El último viaje fue en septiembre de 1976, al Uruguay, para sacar a Laly, la esposa del abogado y activista de los derechos humanos Eduardo Luis Duhalde (1939-2012), quien había escapado de Argentina un mes antes. Laly estaba embarazada de su cuarto hijo, Santiago, que nacería en España.
Hay una página de un libro que ella me regaló poco antes del final, está escrita con su letra y dice: «Para Martita, mi compañera, que está aprendiendo a sentir como propias las alegrías y las luchas del pueblo latinoamericano».
Marta Dillon (hija de Taboada)12
Durante la madrugada del 28 de octubre de 1976 ―cuando Taboada tenía 35 años de edad y estaba embarazada de dos mellizos de 7 meses―, una «patota» de servicios irrumpió en la vivienda, destrozó los muebles y se llevó a los tres adultos. El Negro Arroyo tenía 33 años y su novia Gladys Porcel ―que estaba embarazada de cinco meses―, 23 años de edad. Los seis niños, de distintas edades, fueron testigos del secuestro. Quedaron al cuidado de una chica de 16 años.7 Los hijos de Taboada se mudaron con su padre ―también abogado, de pasado peronista pero ya no militante―.
Alguien me contó una vez que en el campo de concentración donde pasaste tres largos meses, las mujeres ―para sentir que se vestían por la mañana (o por esa hora difusa que el encierro convertía en mañana― se cambiaban de ropa entre ellas. Esa anécdota te nombra, mamá.
Marta Dillon.
Fueron llevados al centro clandestino de detención Proto Banco, dependiente de la policía bonaerense. Marta Taboada y Gladys Porcel fueron posteriormente trasladadas al centro clandestino de detención El Vesubio, a pocos metros del primero.7 Debido a las torturas a las que sistemáticamente eran sometidos los secuestrados, las dos mellizas (niñas) de Taboada murieron en el parto.
Marta Taboada y Gladys Porcel fueron fusiladas con otros compañeros desaparecidos a las 2:05 de la madrugada del 3 de febrero de 1977, en la esquina de las calles Santamarina y Chubut, en la localidad de Ciudadela, 23 cuadras al oeste de la avenida General Paz, en el Gran Buenos Aires.7 El Negro Arroyo fue asesinado junto al dirigente sindical del gremio de farmacia Jorge Di Pascuale en el transcurso de febrero de 1977. Todos fueron enterrados en una fosa común en el cementerio del partido de Avellaneda. El periodista Rodolfo Walsh (1927-1977), dejó inmortalizados estos hechos en su Carta abierta de un escritor a la Junta Militar que dio a conocer el 24 de marzo de 1977, al cumplirse el primer aniversario del golpe de Estado que había inaugurado la dictadura cívico-militar. Fue asesinado ese mismo día.

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