martes, 14 de enero de 2014

Lo que el encuentro nos dejó

El cuarto encuentro de Santa Conciencia realizado el pasado 9 y 10 de noviembre en el ECUNHI (Ex ESMA) tuvo como protagonistas a las 1000 personas entre los cuales podíamos encontrar niños, jóvenes, adultos y abuelos. Había más de 50 actividades para elegir entre charlas, talleres, música en vivo, todo embebido en la temática latinoamericana.

El encuentro se desarrolló en el espacio para la Memoria y los derechos humanos, cuestión fundamental para el análisis post-encuentro, ya que es un lugar que tuvo un rol fundamental en la última dictadura cívico-militar de la historia Argentina. Esta dictadura junto a tantas otras que se estaban desarrollando en Latinoamérica, estaban comandadas por el plan Cóndor. Éste estaba preocupado y ocupado de desarrollar dictaduras militares en distintos países de Latinoamérica. Por este motivo, es que el lugar jugó una participación protagónica en la simbiosis con las actividades programadas por el encuentro. El público en general estaba muy emocionado. Había dos motivos que los sensibilizaba intensamente. Por un lado, la frialdad del lugar, con toda la carga de información histórica que muchos tienen, y por el otro, lo agradable que se sentían con todo lo que se ofrecía desde la propuesta del encuentro para reflexionar y celebrar la identidad latinoamericana. Para todos los colectivos y organizaciones que formamos parte de esta propuesta era todo un desafío la programación, la logística, la difusión y todas aquellas tareas que requiere una actividad de tal magnitud. Para lograr los objetivos, nos organizamos de forma tal que podamos hacerle frente a la idea de lo grande, de lo latinoamericano. Y lo conseguimos. Seguimos creciendo en la diversidad. ¿Y qué es la diversidad? Es entender que hay otro distinto a mí, a mí como sujeto cultural. La identidad Latinoamericana está caracterizada por la diversidad. Debemos verlo como algo riquísimo, que nos potencia. Esto es lo que busca el encuentro de Santa Conciencia y creo que se ha logrado, reflexionar y celebrar nuestras culturas de forma colectiva en la diversidad. El encuentro es un instrumento, una herramienta, una excusa, para todo este intercambio cultural. Tuvimos el agrado de recibir a un ballet de Colombia y a compañeros del Uruguay. Ambos vinieron especialmente para el Encuentro y esto nos llenó el pecho de emoción. Desde mi punto de vista, ya que al momento de escribir esta nota la evaluación colectiva no se ha llevado a cabo, el encuentro fue un éxito. Y digo esto, porque el encuentro es una pequeña porción de la propuesta integral de Santa Conciencia, que en sus objetivos a largo plazo busca la construcción de estos encuentros de forma simultánea en distintos países del continente para mostrarnos a nosotros mismos que latinoamericana vive, late, ríe y llora, sangra y se cura, tiempla y se aquieta, se expande y se contrae. Porque Latinoamérica es diversidad, lo que la vuelve sublime e infinitamente intensa. La propuesta de trabajo para la integración latinoamericana a la que hemos llamado Santa Conciencia nos demuestra que tenemos que seguir trabajando para el intercambio cultural, que debemos reflexionar de forma colectiva sobre nuestras identidades. El encuentro es una buena herramienta para este trabajo, seguiremos trabajando en este sentido, porque hay muchos elementos que nos unen, pero hay uno fundamental, la fuerza indiscutible que tienen los pueblos de nuestro querido continente para sobrevivir al exterminio y colonialismo occidental e imperialista a lo largo de la historia. Santa Conciencia no cree en mentes brillantes, sino, en la brillante interacción de las mentes. Trabajemos para poner nuestra creatividad y convicción militante para seguir construyendo la identidad latinoamericana en la diversidad y de forma colectiva. Este es el sentido del Encuentro de Santa Conciencia.

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